Las Cajas Reales, un edificio histórico olvidado
Las
Cajas Reales, un edificio histórico olvidado
Hilario
Herrera Tapia
Ahora que estamos en tiempos
de la “modernidad” en esta ciudad, sería bueno relatar la importancia de porque
es necesario rescatar y restaurar algunos edificios históricos de Pachuca. Empecemos por
hablar de un muy especial, que es el propósito de este artículo: Las Cajas
Reales, ¿cuantos pachuqueños conocen este edificio histórico y lo que ha
representado para esta ciudad? Muy pocos como tal, la mayoría seguramente lo ha
visto desapercibido, otros ni siquiera han observado que existe ahí. Un
porcentaje amplio de la población diría que lo conocen de vista, aunque
desconozcan su historia y porque está ahí; se localiza en la calle de
Venustiano Carranza enfrente del actual mercado Benito Juárez del centro
histórico de Pachuca. Este inmueble de
dos niveles si tuviera boca con que hablar, nos contaría muchas historias, por
ejemplo: la visita de Maximiliano de Habsburgo a Pachuca el 26 de abril de
1865, donde se hospedó por cortesía del director de la Compañía Minera el señor
Wald (este episodio lo ha investigado y profundizado con mayor exactitud la
investigadora Verónica Guzmán en su trabajo: “La Corona y la Plata”, este
inmueble en la etapa colonial fue utilizado para guardar las barras de plata y
oro, que se obtenían de las productivas
minas de Pachuca y Real del Monte. Por su parte, también recaudaba los
impuestos de la plata que pagaban los mineros a la Corona y fue objeto de
bodega para guardar el azogue para el beneficio del metal; su construcción
empezó en 1670 y fue presentando ciertos cambios y construcciones en los
primeros años del siglo XVIII.
En los
muros interiores de sus habitaciones fueron testigos del encarcelamiento de un
grupo de mineros sublevados en aquel hecho del 15 de agosto de 1766 (mejor
conocida como la primera huelga de América), a consecuencia de que el primer
conde Regla don Pedro Romero de Terreros suspendiera el “partido” a los mineros
pachuqueños; —ese porcentaje de mineral extra que se sacaba al final de su
jornada y repartían con el dueño en partes iguales—. Aquel acontecimiento tiene
una relación propia con este edificio histórico, ya que una parte de los
mineros inconformes entraron a éste y liberaron a sus compañeros y
posteriormente se dirigieron rumbo al Real del Monte, a donde hubo otro tumulto. Asimismo, este
edificio fue tomado por los insurgentes durante la guerra independentista
obteniendo un buen motín conducida por el insurgente Francisco Osorno para el
general José María Morelos y Pavón, para financiar una parte de la guerra. En
la parte de atrás de la Cajas Reales fue encarcelado el insurgente Fray
Servando Teresa de Mier durante quince días, el 14 de julio de 1817. Para mediados del siglo XIX durante la guerra
con los Estados Unidos 1846-1848, la ciudad de Pachuca fue ocupada por el
noveno regimiento de Kentucky al mando del coronel Jones Mitchell Withers a
finales de 1847 y existe la hipótesis de que este edificio fue ocupado y
custodiado por las huestes invasoras durante seis meses de ocupación.
Posteriormente, en 1850 fue vendido por el gobierno a la Compañía Minera
Mexicana. En el Archivo General de
Indias de España, existe un plano levantado de la construcción de las Cajas
Reales de Pachuca, en este se puede observar un bosquejo compuesto por trazos y
vértices a escala; así como también una descripción correspondiente a dicha
representación. El autor de este
importante diseño fue don José Joaquín García de Torres, quien fechó el documento
el 23 de marzo de 1774. A grandes rasgos podemos describir que este plano,
plasma dos escaleras en el interior, la antesala o recibidor a un costado
central de la puerta principal, del lado izquierdo y derecho se puede observar
las salas principales, después un corredor o pasillo que comunica con el patio
principal, muy cerca de ahí se encuentra del lalo izquierdo y derecho unas
recamaras, posteriormente, las salas de asistencia, los comedores situándose
también a la izquierda y el otro a su derecha, los cuartos para mozos se
encontraban a lado de los comedores y en seguida las cocinas, muy cerca de ahí
hay unos pasillos que comunican y circundan las escaleras, unos corrales para
gallinas que se encontraban ubicados en la parte trasera del edificio, también
unas caballerizas y la bodega de azogues, un cuarto donde se desarrollaba todo
lo concerniente a la administración y contabilidad; por último, contando con
una cochera. Por otro lado, con el paso del tiempo seguramente fue objeto de
varias modificaciones, por lo que no necesariamente tiene que coincidir el
plano con el actual edificio, inclusive, existe la posibilidad de que algunas
construcciones no se hayan llevado a cabo.
Ejemplo de lo que se ha dicho anteriormente, es la colocación de un
águila en la parte superior de la fachada principal en el siglo XIX; se caracteriza
la mampostería con la combinación de la escueta
cantera que hay en ciertas partes del inmueble. Además, de los fortines
que se encuentran: uno en la parte principal hacia el norte y otros dos en la
parte trasera, hechos de ladrillos y mampostería. Desafortunadamente, este
emblemático edificio histórico se encuentra en el abandono por sus actuales
dueños, quienes en la etapa de privatización de empresas nacionales compraron
la Compañía Minera de Real del Monte y Pachuca junto con el inmueble de la
Cajas Reales. Actualmente se desconoce y se respira la incertidumbre sobre su
futuro, por eso es necesario hacer un llamado a nuestros gobernantes a que se
inicie un acercamiento con los actuales dueños y se llegue a un acuerdo viable para poder
rescatar, devolver y abrir para los pachuqueños, un edificio que se encuentra habitado
por los roedores, basura, pintas de grafitis, anuncios publicitarios y lo peor
de todo, por el olvido de nuestra sociedad.
Foto: Hilario Herrera Tapia
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