Libia bajo la dictadura de Muamar Gadafi y las consecuencias del régimen

Libia bajo la dictadura de Muamar Gadafi y las 

consecuencias del régimen




Jenifer González Rodríguez






En el presente trabajo de investigación sobre la dictadura de Muamar Gadafi en Libia y las consecuencias que trajo consigo, tiene como propósito encontrar las causas por las que dicha forma de gobierno pudo perpetuarse por tanto tiempo en ese país del norte de África, que provocó surgieran una serie de rebeliones que causaron no sólo la muerte de su líder, sino que marcaron el inicio de un periodo de combates en la mayoría de los países que componen esa zona del continente.

Está estructurado en seis apartados en los que se hace un esbozo de algunos eventos importantes en la vida del mandatario libio, el contexto de ese país antes de su llegada, los principales puntos en los que se basó su gobierno, las consecuencias que trajo su muerte, y cómo se encuentra el panorama actual  en materia política.

Comprender este periodo significa comprender también el comportamiento de otros países africanos que atravesaron una situación similar, y que incluso tuvieron personajes similares al que se analiza en este estudio, que no son más que respuesta a una serie de circunstancias que ya se habían estado gestando tiempo atrás por una serie de rencores hacia aquellos países europeos que tanto los explotaron.

Libia bajo la dictadura de Muamar Gadafi y las consecuencias del régimen

Contexto libio frente a la llegada de Muamar Gadafi al poder

Para comprender el sistema de gobierno que tuvo Libia durante cuarenta y dos años que duró en el poder Muamar Gadafi, es necesario destacar los elementos esenciales que marcaron su vida, mismos que se convertirán en los detonantes para forjar en él las ansias de una sublevación para terminar con el administración del primer rey libanés, Idris I.

Muamar Gadafi había nacido en el seno de una humilde familia beduina, que durante sus años de estudiante se había empapado de las ideas revolucionarias del Egipto de Nasser. [1]Al momento de dar el golpe militar en 1969, Gadafi cuenta con el grado de oficial del Servicio de Transmisiones con 27 años de edad y participa por que se encuentra movido por intereses personales para darse a conocer entre la población, además de tener una tendencia a inmiscuirse en los asuntos de relaciones con otros países.

Idris I de Libia estaba en el poder desde 1951 y sus marcadas tendencias pro occidentales iban en oposición al estado musulmán que la población pedía tener. Gadafi encabezó entonces un movimiento para derrocarlo, y cuando lo logró, se proclamó líder del país y asumió la presidencia. Una de las primeras acciones que realizó fue la de expulsar las bases militares inglesas y americanas que se encontraban en el territorio y nacionalizó la industria petrolífera.

Su imagen militar rebelde pronto lo llevó a tener un prestigio en la llamada zona del Magreb, que con sus políticas izquierdistas anticolonialistas fue incluso comparado en su tiempo con la figura del Che Guevara, comportamiento que con el paso del tiempo lejos de continuar impulsándolo, se volcó hacia los excesos y excentricidades que lo llevaron a ordenar múltiples homicidios contra aquellos que dieran muestras de una posible manifestación en su contra.

El socialismo de la dictadura

Otra de las primeras pretensiones de Muamar Gadafi al llegar al poder fue la de restituir al pueblo la democracia que había perdido durante el reinado de Idris, por lo que pronto comenzó a construir un pensamiento encaminado a un proyecto socialista de Estado, con base en un nacionalismo islámico que habría de poner en marcha al poco tiempo.

El 15 de abril de 1975 pronunció un discurso en Zuara donde anunciaba una revolución cultural que otorgaría el poder a las masas (yamahir), e incitaba a formar en todos el país comités populares para garantizar que esta autoridad conferida no saliera de control.[2]  Esta y otras ideas las integró en su llamado “Libro Verde”, compuesto entre 1973 y 1977, que también fue conocido como la “Tercera Teoría Universal”, basada en el islam y que pretendía ofrecer una alterativa al capitalismo decadente y al comunismo ateo.

El Libro Verde se enseñó en todas las escuelas y se volvió en una lectura casi obligatoria para los libios. El núcleo principal consistía en reafirmar, aunque no se citara al Corán propiamente, que el islam era portador de todos los principios para una sociedad igualitaria, por ende socialista, a lo que hacía necesario volver a esas bases para conseguirla.

En 1977 se cambia el nombre de la República Libia por el de Estado de las Masas Árabes de Libia Popular y Socialista, acontecimiento que terminó por concretar el dicho proyecto unitario. Hacia 1981, un nuevo esquema salió a la luz, la organización del Pueblo en Armas, que intentaba movilizar a un aproximado de 500 000 jóvenes con el objetivo de hacer cumplir la revolución. Entre las consecuencias que esto produjo se encuentra el haber motivado a la emancipación de la mujer, que lograría obtener el derecho al voto y el poder acudir a una Academia Militar Femenina, única en su tipo en un país árabe.

También implementó otra serie de medidas que tendían a la unidad árabe, como la firma de la Carta de Trípoli, que trataba de unir a Libia, Egipto y Sudán o el Tratado de Bengasi entre Libia, Egipto y Siria. Sin embargo, ninguno de los planes que a los cuales se integraba producían el panarabismo que tanto deseaba.

La Guardia Amazónica

Como ya se mencionó en el apartado anterior, Gadafi impulsó la educación militar femenina y con ello cientos de mujeres se sumaron al ejército en un afán de liberación ante la segregación histórica hacia este género en los países árabes. Logrado esto, propuso se le creara una guardia personal de cerca de 200 soldadas, entrenadas en las artes marciales y las armas totalmente leales dispuestas a dar su vida por salvar a la del líder libio.

A este grupo se le conoció extraoficialmente como la Guardia Amazónica, mismo que causaba asombro por su disciplina y por el hecho de que un mandatario se hiciera recaer su seguridad en mujeres. Las integrantes se seleccionaban y entrenaban en un departamento especializado, donde se les enseñaba defensa personal y funciones de guardaespaldas.

Se dice que son vírgenes, expertas en artes marciales, en el uso de armas de fuego o en otras múltiples formas de combate, expertas en pilotar aviones o helicópteros; sobre estas afirmaciones no existen fuentes fiables.[3]  Esta guardia estuvo todo el tiempo inmersa en el escándalo pues se dice que Gadafi abusaba de ellas diariamente y muchas han revelado estos y otros secretos en algunas entrevistas y libros.

Permanencia y resistencia

Pero, ¿por qué se sostuvo durante tanto tiempo una dictadura militar tan represiva como la de Muamar Gadafi? En torno a ello es posible decir una de las causas se debe al temor implantado a la población mediante la represión. Comenzó a ordenar se detuviera cualquier brote de insurrección en su contra desde el primer rumor, matando así a muchas personas antes de enjuiciarlas.

Como se explicó anteriormente, al verse coaccionado en el frente diplomático por la poca respuesta a sus planes de unidad árabe, recurrió cada vez a la subversión para lograr sus objetivos, utilizó los ingresos del petróleo para apoyar a facciones rebeldes a su favor, o en naciones que estaban en contra de sus políticas.[4] Su disposición al soborno, la violencia y los asesinatos lo hicieron ser odiado por muchos alrededor del mundo.

Un régimen político de este tipo en África es comprensible por el hecho de que la mayoría de los hoy ya países independientes del continente, a lo largo de su historia no han conocido otra forma de gobierno más que aquella que se rige por la mano dura contra ellos. Colonizaciones, trata de esclavos, maltrato y hambrunas, han sido sólo algunas de las tantas crisis sociales por las que han atravesado y por las que muy pocos se han interesado en resolver.

Por tanto, fue un proceso natural que al no conocer una política democrática, los países africanos a raíz de la emancipación de los años sesenta, se hayan instaurado en la mayoría de ellos dictaduras donde personajes como Gadafi, alcanzaron gran popularidad y sus ambiciones les permitieron emular las enormes fortunas de los reyes opresores europeos.

Las revueltas de 2011 y la muerte de Muamar Gadafi

Desde principios de 2011, se comenzaron a suscitar una serie de revueltas en la capital, Trípoli, que exigían la renuncia de Gadafi por el supuesto cúmulo de ataques a los derechos humanos de los que habían sido objeto durante la mayor parte de la dictadura. Los manifestantes pedían por que se llevara a cabo una serie de reformas encaminadas a una sociedad un poco más justa y tolerable.

El 22 de agosto de ese año, tropas rebeldes acompañadas de personal de la OTAN, acorralaron al presidente libio en su mansión, haciendo que incluso su guardia no pudiera hacer nada por tratar de ayudarlo, pero finalmente pudo escapar, según algunas versiones, a la sureña ciudad de Sirte. Incluso la Interpol, también ordeno se le buscará para que enfrentara a la justicia por los crímenes que había cometido durante todo su mandato.

Finalmente el 20 de octubre es capturado y asesinado por las tropas que lo perseguían, y su cadáver su tomado por los rebeldes, quienes por las calles lo exponían en señal de victoria. Con él también murieron en esa fecha y en otras posteriores, algunos de sus hijos que eran también parte de su gabinete y con los que la gente de igual manera sentía rechazo.

Con un entierro a las fueras de Sirte, Gadafi y su hijo Mutasim, fueron sepultados en el desierto, tras haber pasado sus cuerpos cuatro días expuestos en público.[5]  Algunas autoridades reclamaron por sus restos, pero el gobierno libio pudo resguardarlos para que no se pudiera hacer un uso más dañino del cuerpo, que ya se encontraba en malas condiciones debido a los múltiples golpes de los que fue objeto después de su muerte.

Libia después de Gadafi

Tras la muerte de Muamar Gadafi en 2011, el poder político quedó en manos del Consejo Nacional de Transición que se encargó de nombrar al sucesor del depuesto mandatario. El primer presidente interino fue Mustafa Abdul Jalil, quien para el año siguiente entregó su mandato al Congreso General de la Nación, quien desde entonces se encarga de las elecciones.

El Congreso General ha seleccionado a la fecha a cuatro presidentes interinos, siendo Nuri Abu Sahmain el presidente actual del Estado libio., quien tiene como obligación entregar una nueva constitución al terminar su mandato. Con esto se puede decir que Libia se comienza a reponer del golpe militar que trajo la destrucción de muchas ciudades, y la pérdida de miles de civiles inocentes durante los altercados.

Libia en la actualidad sigue envuelta en una serie de conflictos entre islamistas y militares que siguen causando la pérdida de muchas víctimas y sumiendo al país a un estancamiento en todos los aspectos, que no le permite avanzar en el desarrollo primeramente político, cuya estabilidad se tambalea con la continua renuncia de miembros del Consejo General de la Nación.

Conclusión

Con este análisis sobre la situación de Libia durante la segunda mitad del siglo XX y los años transcurridos en nuestro siglo XXI, se ha constatado la debilidad de los gobiernos posteriores a la independencia de los países europeos, que no sentaron en ellos las bases para que pudieran formar el sistema político que más les conviniera a sus necesidades, pero que no hicieron más que seguir llevándolos a una miseria gradual de sus condiciones de vida.

Libia atravesó lo que la mayoría de los países africanos tras su independencia de las potencias europeas, no supo construir un modelo de gobierno capaz de responder a sus necesidades, y que por falta de experiencia política permitió que un personaje como Gadafi permaneciera por cuatro décadas en el poder.

Lejos de haber mejorado la situación del país tras el derrocamiento de Gadafi, tal parece que los conflictos continuarán, en un lugar que pudiera abrirse a al desarrollo en conjunto con Europa, respetando la independencia del territorio, que por su posición estratégica pudiera aprovechar mejor.


Referencias

Meredith, M. (2011) África: una historia de 50 años de independencia. España: Fund. Intermon Cxfam.

Segura, A. (1994) El Magreb: del colonialismo al islamismo. España: Universidad de Barcelona.

“La guardia amazónica: 200 vírgenes expertas en artes marciales y armas” http://www.lne.es/ultima/2010/08/31/guardia-amazonica-200-virgenes-expertas-artes-marciales-armasbr/961660.html

“El Consejo libio entierra a Gadafi en un lugar perdido en el desierto” http://www.publico.es/internacional/403251/el-consejo-libio-entierra-a-gadafi-en-un-lugar-perdido-en-el-desierto






[1] Meredith, M. (2011) África: una historia de 50 años de independencia. España: Fund. Intermon Cxfam; p. 424
[2] C.f . Segura, A. (1994) El Magreb: del colonialismo al islamismo. España: Universidad de Barcelona; p.186.

[3] “La guardia amazónica: 200 vírgenes expertas en artes marciales y armas” http://www.lne.es/ultima/2010/08/31/guardia-amazonica-200-virgenes-expertas-artes-marciales-armasbr/961660.html
[4] C.f. Meredith, M. (2011) Op. cit.; p. 425.
[5] “El Consejo libio entierra a Gadafi en un lugar perdido en el desierto” http://www.publico.es/internacional/403251/el-consejo-libio-entierra-a-gadafi-en-un-lugar-perdido-en-el-desierto

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