LA HISTORIA CULTURAL Y OTROS CUENTOS.
LA
HISTORIA CULTURAL Y OTROS CUENTOS
Verónica Guzmán Zaragoza
Existen
metodologías para el estudio de la historia, auxiliares en su explicación y en
el entendimiento del acontecer actual. Una de ellas es la historia cultural,
también conocida como historia de las mentalidades y es precisamente la
encargada de sumergirse en el pensamiento de nuestros antepasados para indagar
sobre su cosmovisión del mundo, cómo organizaban la realidad en su mente y la
forma de expresarla en su conducta. Concretamente, se trata de examinar los hechos,
situaciones y procesos de la historia de todos aquellos sujetos sociales cuyas
visiones y percepciones específicas han sido casi siempre ignoradas y omitidas
por una gran parte de historiadores; es decir, se analiza lo que estos
personajes sintieron, vivieron y percibieron. La historia cultural también toma
en cuenta a las denominadas clases populares compuestas por “gente menuda” como
campesinos, obreros y trabajadores marginados, diferentes de los personajes
siempre conocidos pertenecientes a la clase acomodada (reyes, gobernantes,
pensadores e ilustrados etc.).
Seguramente
hemos escuchado infinidad de cuentos, relatos e historias sin conocer que la
mayoría tienen implícitos otros significados, o de que tiempo data su origen,
por esta razón a lo largo de este texto citaremos algunos muy famosos para
ayudar a familiarizarnos con el propósito de la historia cultural así como de
sus diferentes significados explorando cada una de sus partes.
Es
cierto que el historiador requiere de documentos y otros archivos para el
estudio de una época o acontecimiento pero no siempre es posible ya que son
escasos los que hablan de la clase primeramente enunciada y aparentemente será
difícil ahondar en ella sin estos elementos; sin embargo, un historiador que
insiste en lograr su objetivo no se detiene ante estos problemas y se apoya en
otras herramientas como relatos, cuentos y leyendas particulares de cada región que, aunque no
son aceptados totalmente como fuentes de investigación, sirven para adentrarnos
en ésa época y a partir de ahí comenzar a plantearse hipótesis y obtener
conclusiones.
La Caperucita
Roja,
contiene “simbolismos” en su desarrollo
explica Robert Darnton.
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Como
señala el autor estadounidense Robert Darnton en su obra: “La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura
francesa”, se aprovecha la existencia de un cuento y de las diferentes
versiones que existen de él como instrumento para ampliar nuestro conocimiento
sobre lo que inundaba la mentalidad de los habitantes de la Francia del Siglo
XVIII.
Todos
conocemos aquel cuento de la Caperucita Roja, que viene a nuestra mente cuando
recordamos a nuestros padres intentando entretenernos o hacernos conciliar el
sueño con un relato y que comienza regularmente así:
Al leerlo
parece indicar a los historiadores algo acerca del mundo mental de los primeros
campesinos modernos. Pero, ¿Cómo se puede interpretar? ¿Cuál puede ser el
origen y significado de este y otros cuentos? Una teoría respecto al origen es
que llegaron de Francia a Alemania en el siglo XVII por medio de las familias
de hugonotes (protestantes franceses de la doctrina calvinista) que huían de la
persecución del rey Luis XIV; poco a poco fueron adaptados por escritores como
Charles Perrault quien los recopiló en su primera versión del año 1697 titulada
“Cuentos de Mamá Oca” y que dedicó a
los miembros de la corte.
Para
hablar de su interpretación y del significado que engloba podemos tomar distintos
caminos; uno de ellos es el psicoanálisis. En el caso de la Caperucita Roja, Erich Fromm
interpreta el cuento como un acertijo del inconsciente colectivo en la sociedad
primitiva y lo resuelve descifrando su lenguaje “simbólico”. Explica que el
cuento se refiere a una confrontación de la adolescente con la sexualidad
adulta. Es decir, toma la Caperuza roja como símbolo de la menstruación, la
botella que lleva la niña como símbolo de su virginidad así como de la
advertencia de la madre de que no se aleje del camino ni se interne en
despoblado donde podría romper la botella. A su vez el lobo representa al macho violador.
Sin
embargo, el historiador no puede adoptar solamente esta interpretación como
significado real pues debe auxiliarse de otras materias para lo que quiere entender
en realidad en una visión general sobre
la dimensión histórica de los cuentos populares y así mismo saber utilizar las
fuentes. Los cuentos son documentos que
han evolucionado durante muchos siglos y han adoptado diferentes formas en
distintas tradiciones culturales sugiriendo que las mentalidades han cambiado. Ahora,
tomemos en cuenta otros aspectos de la vida cotidiana de aquellos campesinos y
que también fueron introducidos en otro relato conocido: la cenicienta.
Comer
o no comer era una cuestión que enfrentaban diariamente, esto aparece en
cuentos que acogen el tema de la madrastra malvada pues la demografía de ese
entonces volvía a las madrastras en figuras muy importantes de las villas. Las
madrastras aparecen porque las mujeres que se casaban tardíamente reducían la
probabilidad de concepción por sus bajos niveles de fertilidad y por lo tanto
en la mayoría de ocasiones derivaba en la muerte de la madre y el bebé. Los hombres volvían a casarse y en
consecuencia los hijos eran criados por una madrastra.
Este tema es abordado en “la Cenicienta” una de
las tantas versiones es en la que la malvada madrastra solo le da a la pobre
Anette (Cenicienta) un pedazo de pan al día y la obliga a cuidar las
ovejas mientras que sus hermanastras
gordas e indolentes haraganean por la casa, comen y dejan a Anette los platos
sucios para que los lave. Anette está a punto de morir de hambre y se le presenta
un hada que le da una varita mágica con la cual hará aparecer un suculento
banquete cada vez que toque con ella una oveja negra. Pronto la muchacha se
pone más regordeta que sus hermanastras, pero su nueva belleza (la gordura se
consideraba belleza durante esa época) despierta las sospechas de la madrastra.
Ésta descubre el secreto, mata a una oveja, sirve su hígado a Anette, pero ella
se las ingenia para enterrarlo en secreto. El hígado se convierte en un árbol
tan alto que nadie puede cortar su fruta excepto Anette pues
este inclina sus ramas ante ella para que pueda cortar el fruto. Un príncipe
que pasa desea la fruta con tanta vehemencia que promete casarse con la
doncella que pueda cortar la fruta para él. Con la esperanza de casarlo con una
de sus hijas la malvada madrastra construye una escalera, pero cuando intenta
bajar la fruta se cae y se rompe el cuello. Anette recoge la fruta, se casa con
el príncipe y vive feliz para siempre.
La Cenicienta y sus diferentes
versiones trata los problemas
que
enfrentaban los campesinos de la Francia del siglo XVIII.
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Notemos
que en éste y otros cuentos, los deseos suelen representarse en comida pues hay
que recordar que en la época del Antiguo Régimen (siglo XVIII en Francia) había
escasez de alimentos y que fue uno de los elementos para el comienzo de la Revolución Francesa.
Y
así como las descripciones anteriores hay muchas más en torno a los demás
cuentos existentes que siempre escuchamos y que en pocas ocasiones nos hemos
detenido a pensar en su significado real o de donde provienen los elementos que
los componen, si son de la imaginación del autor que los escribe o en este caso
recopilaciones de la tradición oral de cada pueblo. Cabe resaltar que gracias a
esta conjugación de los cuentos con la historia, (porque finalmente son
historias) podemos comprender en
términos sencillos lo que es la historia cultural y el objetivo que conlleva
para que la próxima vez que seamos participes de la narración de un relato
tratemos de comprender con ayuda de la imaginación de donde provienen o que
significan los elementos que lo forman.
Queda
decir que la historia cultural o de las mentalidades es otra alternativa para
realizar investigación histórica
demostrando que hay fuentes alternas para realizarla, ya no fijándose sólo en
las fuentes textuales sino también en las no textuales para que así la historia
no se limite exactamente a la grandes cosas que vemos y acepte también las
sensaciones, percepciones y pensamientos de cada ser.
Bibliografía:
Darnton,
Robert, “La Gran Matanza de Gatos y otros episodios
en la historia de la cultura francesa” ,Trad.
Carlos Valdés, México,
Fondo de Cultura Económica, 1994, 269 págs.
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