El reloj de Pachuca y sus fotografías: el antes y el
después de 1904 a 1910.
Hilario Herrera Tapia
La ciudad Pachuca durante el Porfiriato
mostró una transformación en cuanto a su urbanidad, arquitectura y monumentos,
se construyeron edificios como el original teatro Bartolomé de Medina 1887, la
fachada del nuevo Panteón de la ciudad 1902, y el monumento de Miguel Hidalgo
en la plaza Constitución 1888 (Ballesteros
2005). En esa coyuntura se le agregó el icónico reloj de Pachuca como se le
conoce popularmente por la sociedad, empezó su construcción en el año de 1904.
Durante el gobierno de Pedro Landislao Rodríguez (gobernador de Hidalgo en esa
época) se llevó a cabo todo el proceso de construcción. La obra que estuvo a
cargo del arquitecto Tomas Cordero y Osio, quien fue ganador de un concurso que
convocó el gobierno de Rodriguez y mineros acaudalados residentes en Pachuca,
de ellos destaca Francisco Rule, Felipe N. Barros y al que se sumó el
presidente de la ciudad Alfonso Brito. Su construcción se vio en la necesidad
de ser suspendida a causa de falta de recursos, por lo que fue retomada por las
personalidades ya mencionadas.
La cantera con la que fue construida la
torre del reloj fue traída de una veta de un lugar conocido como Tezoantla,
ubicada en Real del Monte. Mi objetivo es mostrar a través de sus fotografías
los cambios que se hicieron ver durante su proceso de construcción desde 1904
hasta finales de 1910. Una de las primeras imágenes de la obra, se encuentra
ubicada en el antiguo Palacio de Lecumberri (hoy Archivo General de la Nación),
en la alcaldía Venustiano Carranza, Ciudad de México, donde se puede apreciar
los primeros trabajos de cimentación de una plancha de concreto cerca del año
de 1904. Que tenía como propósito, en un primer momento ser una torre de
conciertos donde la banda de rurales del maestro Candelario Rivas dirigía. Como
se puede ver en la imagen, esta banda de música que con los años se convertiría
en la Banda Sinfónica del Estado de Hidalgo, aparece en un quiosco donde hacían
sus presentaciones musicales.
La Fototeca de Pachuca cuenta con una
reproducción de ella. Hay otras fotografías con muy poca nitidez donde se ve a
la torre en dirección poniente con un avance considerable hacia 1908. Esta
fotografía salió publicada por primera vez en un texto de Genaro Guzmán Mayer, La Torre del reloj monumental de Pachuca,
opúsculo conmemorativo en su cincuentenario, en los años 90´y después se
volvió a publicar en el libro de Juan Manuel Menes, Pachuca: Un tiempo y un espacio en la historia, en el año 2010.
Fotografía 1. Plancha de cimentación en donde sería construido el reloj, cerca de 1904 núm. Inv. 298257, Fototeca del INAH.
Es una imagen donde se puede apreciar un
avance del tercer nivel de la torre. Aunque la fotografía no es de
buena calidad, nos ha permitido identificar algunas estructuras y andamios a su
alrededor, también se puede apreciar al fondo la fachada del hotel Grenfell, todo
indica que la imagen fue tomada en diciembre de 1908; además en el fondo aparece
la fachada del Instituto Científico Literario (hoy centro cultural de la UAEH).
Para esa fecha el periódico El Tiempo
documenta cuanto se llevaba de avance: “Diez metros van construidos hasta estos
momentos, de la elevada torre, así es que faltan por construir las tres cuartas
partes restantes” (“El Mejor Reloj público del país”, El Tiempo, 18 de junio de 1908, p.4). Algunas piezas del reloj
fueron elaboradas en Pachuca, como fue el caso de un “pedestal de mampostería”
que se manufacturó en San Bartolo en los primeros días de febrero de 1907 y que
sería colocado en el reloj, que para esa fecha ya se había comprado con
donativos de vecinos y personas acaudaladas (Imparcial: diario ilustrado de la mañana, 7 de febrero de1907,
p.5). De ser así, es posible que estas personas sean los dueños de las
compañías mineras y algunos habitantes de clases sociales adineradas que hayan
contribuido para la obra en conjunto con el gobierno.
La historiografía del estado de Hidalgo,
refiere que a pesar del descontento social que se vivía en el país y en Hidalgo
por las políticas porfiristas y el prolongamiento en el poder. Fue el
gobernador Pedro L. Rodríguez quien tuvo que terminar las actividades de su
construcción para conmemorar el primer centenario de la Independencia (Menes, 2013). Aunque como ya se dijo, no solo fue el
gobierno, la participación de empresarios mineros y actores sociales con magno
económico en la ciudad influyeron en su construcción.
Fotografía 2. El Reloj de Pachuca cerca 1908, en su fase de construcción en el nivel 3. Imagen de tipo fotomecánica, publicada en un periódico quizá de la época, del cual se desconoce el medio. Crédito: Cronista de Hidalgo, consultado en http://cronistadehidalgo.com.mx/wp-content/uploads/2021/09/reloj-1909.jpg 29 de noviembre 2022.
Hay una imagen que salió publicada en el
2016 en la revista Tip´s Pachuca Magazine,
que nos muestra la composición visual al reloj de fondo, en la que se puede
apreciar la colocación de un techo de láminas de una casa de aquella época, en
el que se identifica a siete trabajadores que miran al enfoque del fotógrafo. Ya
que se puede observar que todavía no estaba colocado el claristorio (caratula
del reloj), que según informes de El
Tiempo costó 10,000 mil pesos oro, traído de una fábrica prestigiosa de
Alemania. Asimismo, ni las estatuas en cada ventana en el nivel tres habían
sido colocadas, las conchas o veneras y acroteras[1].
Según Genaro Guzmán Mayer (1990), estas
esculturas fueron encargadas desde Italia donde fueron talladas con mármol de
carrara y que representan la Independencia 1810, Libertad 1821, La Constitución
1857 y la Reforma 1859. A su vez la
cúpula de cobre[2] ya se encontraba
colocada, ya que se puede apreciar el armado de la estructura que sostendría el
peso. Algunos trabajadores fueron captados realizando algunos detalles por
fuera. Uno de ellos se puede ver su silueta a través de uno de los vitrales
colocados de la parte de atrás. Las estructuras de madera, andamiajes, las
cuerdas y los izajes dan testimonio de los trabajos finales de la construcción
del reloj.
Esta fotografía quizá corresponda cerca de
1908 o principios de 1909. Años donde se desarrolló algunos eventos sociales de
los grupos políticos en la capital, como fue las nupcias que contrajo la hija
del gobernador Pedro L. Rodríguez, Clementina Rodríguez con Francisco Rosete. Donde
se asistió según refiere un periódico de la época: “…lo más granado de la
sociedad pachuqueña, pues muy estimada es la señorita Clementina” (El Tiempo,18 de mayo de 1909, p.4). Tal
parece que el vínculo de amistad del gobernador del estado de Hidalgo con la
Compañía de Real del Monte y Pachuca era muy cercano. Ya que, algunos operarios
de las minas por órdenes de los directores adornaron la parroquia de la
Asunción con foquillos que iluminó el recinto con distinción para este evento.
Unos días antes los señores Merrill y
Lyman habían ofrecido un baile de etiqueta en los salones de la Compañía de
Real del Monte y Pachuca, dirigida a la sociedad pachuqueña, ésta y otras
actividades sociales fueron parte del entretenimiento por las noches en la
ciudad unos meses antes de quedar listo la torre del reloj (El Diario, 11 de mayo de 1909, p.4). Es
posible que la misma compañía minera haya sido la encargada de adornar de los
cuatro puntos la torre del Reloj con foquillos al año siguiente.[3]
Al respecto, las compañías mineras de San Rafael, Santa Gertrudis, La Blanca y
Santa Ana financiaron con un costo de $300,000.00 mil las obras del reloj
(Guzmán, 1900). Existe escasa producción de imágenes de los primeros inicios de
su construcción. Pese a ello, las pocas imágenes son un baluarte testimonial
documental que forman parte de la historia de Pachuca.
Fotografía 4. El reloj de Pachuca en una de sus etapas finales de construcción cerca 1908, Tip´s Magazine Pachuca, no. 1, 19 de marzo de 2016.
Con miras a la inauguración de la torre al
año siguiente, en los meses próximos; la avenida Juárez se convirtió en una
calzada en cuyos lados se sembraron fresnos. De igual forma, se pavimentó dando
mejor movilidad donde circularon cómodamente los vehículos de tipo Hupmobile,
Oakland, Stutz, Graham, Reo, Oldsmobile y Ford T, de aquella época. Al menos
ese fue el interés del Presidente Municipal de Pachuca, Alfonso Brito, dar una
nueva imagen a la ciudad en vísperas del Centenario de Independencia.
En
cambio, después de 1910, se empezaron a fotografiar y circular una variedad de
fotografías construyendo su imagen icónica hasta nuestros días. Algunas de
ellas en postales, en las páginas de la prensa, y en fotografías de diversos
formatos. Una de las fotografías del reloj ya finalizado corresponde quizá unos
meses antes de su inauguración, el fotógrafo José María Bustamante Valdés,
encuadró con su cámara una imagen a la que él llamo: “Torre del Centenario-Pachuca”,
es una fotografía donde se observa el reloj con dirección hacia el norte,
tomada desde una de las azoteas de las casas aledañas con el primer Teatro
Bartolomé de Medina. En ella se puede dar testimonio visual de ser de las
primeras fotografías del reloj en su terminación para los festejos del
Centenario.
Podemos decir que, en la imagen todavía se
observan trabajadores en los costados, colocando piso de ladrillos en algunas
partes y montículos de arena todavía en aspectos rústicos. Es probable que
Bustamante haya sido de los primeros fotógrafos en fotografiar e imprimir
imágenes del reloj recién terminado. Aunque se desconoce si haya sido por
encargo del gobierno o por simple oficio de documentar el monumento. Otra
imagen que data de este año, es una toma que está hecha en dirección hacia el
norte. En ella se puede ver cómo la gente disfruta de un día cotidiano entre
sus bancas y sus pasillos custodiados por árboles. Es viable que la toma
fotográfica corresponda unos meses después de haberse inaugurado. Por su
composición y similitudes con la foto de Bustamante que quizá sea de su
autoría.
Su inauguración el 15 de septiembre de
1910, también fue objeto registro fotográfico por fotógrafos regionales
principalmente. A parte del fotógrafo David Bustamante y su padre con el mismo
oficio José María Bustamante Valdés[4].
Quien contaba con estudio fotográfico en la calle de Matamoros, a un costado
del “Hotel Baños”. De igual forma, más tarde un fotógrafo de apellido “Gálvez”
pondría el ojo en su cámara para fotografiar al reloj desde diversos encuadres.
Aunque la mayoría de sus fotografías de este fotógrafo configuran hacerse
después de 1920. Otro fotógrafo fue Sergio
Ortiz, quien titulaba sus fotografías como “Jardín Independencia” cerca de 1930
y no como “El Reloj” o Torre.
Fotografía 5. “La Torre del Centenario”, como la nombre el fotógrafo
José María Bustamante Valdés, tras haberse concluida en 1910.
Biblioteca Nettie Lee Benson, Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos.
Fotografía 6. Vista del Reloj unos meses después de haberse inaugurado en 1910.
Fototeca del INAH, núm. Inv. 374011. |
Una de las imágenes de las que se tiene
conocimiento de su inauguración del reloj, corresponde a un en encuadre de
noche, donde se puede observar adornado e iluminada de focos la torre de cada
esquina superior hasta la plancha, además de estar iluminada la parte interior.
El testimonio de Leoncio Medina Calderón refiere que esa noche, las primeras
campanadas del reloj fueron sincronizadas junto con las campanas de las
iglesias y los silbatos de las compañías mineras, dando paso a quemar juegos
pirotécnicos y un castillo (Ballesteros 2005); (Medina
s.f.). Probablemente, la imagen
autoría de la familia Bustamante, aunque Menes (2010) refiere que esta imagen
se tomó a las “7:40 del 15 de septiembre”, por David Bustamante, pero no
refiere si la fotografía trae consigo esta leyenda que apoye tal aseveración. Por
otro lado, según los informes del entonces presidente municipal Alfonso Brito, refiere que se tuvieron que
demoler algunas casas, desde la primera calle de Matamoros, segunda de Allende
y Colón, para dar espacio a donde se construiría la torre del Reloj
Habrá que decir que durante su
inauguración según refiere el Periódico Oficial
del Gobierno del Estado de Hidalgo, inició a las once de la noche, también
hubo poca producción de imágenes fotográficas sobre este evento. Incluso hasta
la fecha solo se puede identificar algunas imágenes, una de noche después de su
inauguración de la que ya hemos eludido y otras que son de pleno día. Que
corresponden a los festejos del Centenario de la Independencia en la ciudad de
Pachuca en el día, esta imagen se puede observar al reloj desde una toma desde
la calle de Ocampo, donde se puede apreciar algunos arcos tricolores en las entradas
que comunican con la Plaza Independencia, como se le empezó a nombrar después
de la inauguración.
La mayoría de la sociedad pachuqueña de
aquella época, empezó a simpatizar con los festejos, algunos trabajadores como
fueron los mineros de la Compañía de Pachuca y Real del Monte[5],
suspendieron sus funciones laborales desde el día catorce de septiembre,
dejando de operar máquinas que bombeaban el agua de las profundidades de las
minas[6],
así reanudándose sus labores hasta el día 18 del mismo mes. Cuya finalidad era
que festejaran las fiestas patrias de la ciudad (El Tiempo, 14 de septiembre de 1910). Ese fervor de la sociedad de Pachuca se ve
identificada desde 1908 como se puede ver en las siguientes líneas:
“Hay mucho entusiasmo en
Pachuca por conmemorar el Centenario, dignamente. Se ha acordado la publicación
de un periódico que dirigirán y redactarán los mismos miembros de la Junta
Central del Centenario en el Estado, siendo el objeto de publicación hacer
propaganda en favor de la idea de la conmemoración del histórico acontecimiento” (El
Tiempo, 18 de junio de 1908,p.3).
En esas circunstancias habitantes
originarios de Francia, Suiza e Italia, residentes en Pachuca se sumaron a los
festejos en la ciudad, y en el monumento a Hidalgo en la Plaza Constitución
colocaron una placa de mármol con una guirnalda con motivo de los festejos
Por otro lado, quizá algunos de los
problemas que tiene el historiador es el de identificar de qué año son las
fotografías que se tomaron, pues algunas al no contar con fecha o leyendas
escritas por parte del autor han sido unos de grandes retos a los que se ha
enfrentado el investigador, incluyendo la autoría del fotógrafo que la tomó.
Fotografía 7. El Reloj de Pachuca adornado con foquillos el día de su inauguración el 15 de septiembre de 1910, de las pocas fotos que fueron tomadas de esa noche. Imagen recuperada del blog Pachuca en el Tiempo, consultado el 31 de noviembre de 2022, en http://pachucaeneltiempo.blogspot.com/p/el-reloeg.html
Los indicios de los objetos o la gente o
anuncios de publicidad han servido para hacer análisis semiótico y de
comparación con otras imágenes que cuentan con fecha. Acercándonos a conocer el
lugar, tiempo y autor. Aunque no en todos los casos. Las imágenes del reloj
mantienen esta semejanza en donde la mayor parte de fotografías que han
circulado en: postales, periódicos, impresiones en papel, etcétera. No cuentan
con información.
Sin embargo, la fotografía y las imágenes
deben de empezar a ser fuentes históricas a valorizarse para el reconocimiento
de las realidades históricas, que como bien refiere Jacques Le Goff (2005) han
sido “largamente descuidadas por los historiadores”. Es viable repensar la
importancia de acercarse al uso que las imágenes y las fotografías que son
fuentes para hacer nuevas historias. Le Goff (2005) ha identificado esta vía
como la historia de las mentalidades, una historia no necesariamente vinculada
con el texto, sino con la imagen, también la historia de lo imaginario utilizando
fuentes literarias y artísticas como documentos históricos. He aquí la
importancia del uso de la fotografía del reloj, como una fuente histórica que
abre nuevas ventanas a su momento, sociedad, cultura y realidad histórica.
El caso, por ejemplo, de la fotografía de
tipo postal del reloj tomada en dirección hacia el norte, donde se puede
observar de fondo el cerro de la Magdalena, nos ha permitido contrastar e
identificar elementos cotidianos en la calle de Allende un carruaje todavía con
tracción por animales y los postes de alumbrado público recién colocados, de
doble brazo con focos esféricos, por lo que su toma haya sido unos meses
después de su inauguración. En la fototeca de Pachuca, hay otra foto igual; a
diferencia de la primera, en esta se puede apreciar una de las partes del techo
del quiosco, según estas imágenes este espacio fue reubicado hacia el costado
sur de Reloj, sin embargo, con el paso de los años se volvió a quitar y ubicar
en donde estaba el primer quiosco en dirección al norte antes de la
construcción de la Torre del Reloj, en la imagen se aprecia el carruaje salir
completo, además de los hombres y mujeres que aparecen caminando en los
alrededores del reloj en un día de esparcimiento social. Otra imagen que nos muestra otro encuadre
semejante, es del reloj con dirección hacia el noreste, en cuya composición se
puede ver a otra diligencia o carruaje con dos mulas aparejadas, pero esta vez
en sentido contrario a la imagen anterior, curiosamente los cables de alumbrado
aparecen casi en la misma perspectiva.
En esta fotografía se puede apreciar una
parte de lo que fue un quiosco de techo de lámina y unas de las famosas farolas
libanesas donadas por la comunidad turca para su inauguración. La fotografía
fue tomada cerca de 1910, según el análisis de otras fotografías posteriores,
ya no fue común la circulación de diligencias por la ciudad en los años
posteriores, salvo el caso para usos domésticos y de carga en tipo carreta. El
uso del automóvil empezó a reemplazar los carruajes con animales, los tranvías
y el ferrocarril hicieron lo mismo con el transporte público y privado por
tracción de mulas y caballos.
Cabe señalar que este tipo de transporte
todavía prevaleció durante los primeros años de haberse inaugurado la torre del
Reloj. Es posible que esta foto sea cercana a 1910, por los personajes que ahí
configuran en los pies del monumento, las jardineras y árboles que dejaron las
autoridades como parte de la vista que tendría el “Jardín Independencia”. La
imagen del Reloj, nos muestra su elegante vista arquitectónica, pero también
nos asoma a sus primeros años de cotidianidad social; las relaciones de todo
tipo de clases que ahí convergieron, ya sea para convivir, distracción,
comerciar algún alimento entre sus pasillos[7],
bancas, árboles y jardineras que bien disfrutaban sus visitantes.
Desde nuestro criterio, considero que
durante el año que se inauguró fue objeto de producción fotográfica por
profesionales de la fotografía, y amateurs. La pregunta aquí es: ¿dónde fue a
dar todas esas imágenes fotográficas obtenidas durante ese año?, algunas se han
rescatado y conservado en archivos fotográficos públicos y otras han sido
conservadas en colecciones particulares de familiares y coleccionistas. Otras
quizá han tenido un final nada grato, como desecharlas a la basura o
vendiéndolas como papel o cartón.
A
pesar de ello, en los años posteriores se puede registrar el interés por hacer
fotografía del reloj, y como bien refiere Richard Salkeld (2014) “cada
fotografía es fruto de muchas decisiones” (p.48) ya sea como un recuerdo
familiar, una postal de visita, una imagen para el interior de las casas de las
clases sociales pachuqueñas con mejor acceso.
Fotografía 9. Postal del Reloj de Pachuca en 1910, toma en dirección hacia el norte.
Fototeca del INAH. NÚM.469601.
Fotografía 9. Postal del Reloj de Pachuca en 1910,
toma en dirección hacia el norte. Fototeca del INAH. NÚM.469601.
Fotografía 11. El reloj de Pachuca cerca de 1910, donde se puede apreciar las diligencias
que fueron muy comunes en siglo XIX y principios de XX.
La postal una vez más con encuadre hacía el norte, por lo menos 3 imágenes
con la misma
composición singular circularon en esos años. Fototeca del INAH núm. Inv. 469301.
La
imagen del reloj empezó a ser notable desde diversos ángulos y perspectivas, tanto
a curiosos y profesionales de la fotografía llamó la atención de sacar imágenes
desde los barrios altos de la ciudad y los cerros que circundan. El icónico
monumento empezó a aparecer en fotografías panorámicas de Pachuca. Como es el
caso de una fotografía donde se puede apreciar el reloj desde lo alto de la
calle de Doria. La vía que traza el camino en un inicio recto y luego semicurvo
desemboca en el recién construido reloj. Una imagen interesante ya que se juega
con los contrastes blanco-oscuros, teniendo una composición hasta cierto punto
artística de la ciudad.
La
cotidianidad urbana de la ciudad se hace ver con sus casas hechas de adobe y
ladrillo rojo que bien eran muy común en esa época en los hogares de los
pachuqueños. Muy cerca de ahí se encuentra la capilla de Nuestra Señora de
Guadalupe, del Instituto Científico Literario (hoy UAEH).
Fotografía 12. Vista del Reloj de Pachuca cerca de 1910, desde la calle de Doria, atrás de la hoy Centro Cultural Universitario La Garza. Fototeca del INAH, núm. Inv. 469246.
La
imagen fotográfica del reloj ha sido parte del testimonio visual que tenemos
como fuente histórica, no solo por el icónico monumento, sino por los cambios
que podemos identificar de su sociedad, cultura, arquitectura y vida cotidiana
en su espacio. Su legado porfiriano para Escorza (2011) “ha perdido su vocación
de monumento conmemorativo de la Independencia y ha llegado hasta nosotros como
una especie de sinécdoque visual de la ciudad de Pachuca”. La fotografía ha
servido para identificar qué se encontraba en tal lugar y qué sigue perdurando
hasta nuestro presente. Sí bien, como toda urbe a lo largo del devenir hay
cambios y transformaciones. El reloj ha sido parte de esas coyunturas
históricas que junto a sus actores históricos han tejido una variad de historias
en este lugar después de su construcción. Parte de esos capítulos, son sus
fotografías; que nos asoman a otra visión de la historia regional de la ciudad,
estando ubicua en el imaginario colectivo de sus habitantes desde sus primeras
tomas fotográficas.
Bibliografía
Ballesteros, Víctor. (2005). El
Reloj monumental de Pachuca. México: Universidad Autónoma del Estado de
Hidalgo.
Corrales, Luis. (2011). El Reloj
monumental de Pachuca. Pachuca: Gobierno del Estado de Hidalgo.
Escorza, Daniel. (2011). Historia
Pétrea: 1810-1910. En Independencia y Revolución Mexicana en el Estado de
Hidalgo. Antología (págs. 91-99). Mexico: Gobierno del Estado de Hidalgo.
Guzmán, Genaro (1990). La Torre del
Reloj Monunmental de Pachuca, opusculo conmemorativo de su cincuentenario. En
A. A. Estrada, Relo Monumental de Pachuca 80 años de sus historia.
Pachuca: UAEH.
Herrera, Arturo. (1992). La Plaza independencia de
la Ciudad de Pachuca. Pachuca.
Le Goff, Jacques. (2005). Pensar la
historia, modernidad, presente, progreso. S/L: Titivillus.
Medina, Leoncio. (s.f.). "Cronica
de un gran evento". En Memoria del Reloj Monumental de Pachuca
(pág. p.46.). Pachuca.
Menes, Juan Manuel. (2010). Álbum
Gráfico del Centenario de Pachuca . En Herencia Revolucionaria en Hidalgo
(págs. 17-29). México: Poder Judicial del Estado de Hidalgo.
-----------------------------(2013). Hidalgo,
historia de una tierra que se renueva . México: Gobierno del Estado de
Hidalgo/Porrúa
Ortega, Aurelio. (2010). El reloj
de Pachuca. Un reloj Centenario. Pachuca: s/e.
S/A. "El reloj monumental 1908", 16 de Marzo de 2016 Tip´s Pachuca
Magazine(1).
Salkeld, Richard. (2014). Cómo leer
una fotografía. Barcelona: Gustavo Gili.
Hemerografía
El
Diario, 11 de mayo de 1909, p.4
El Tiempo, 18 de mayo de 1909 p. 4.
El Tiempo, 18 de junio de 1908, p.3.
El Tiempo, 7 de
septiembre de 1910, p.3.
El Tiempo, 14 de
septiembre de 1910, p.
“El Mejor Reloj público del país”, El Tiempo, 18 de junio de 1908, p.
Periódico Oficial del Gobierno del
Estado de Hidalgo, 28
de agosto de 1910, p.1.
“Los
mineros tendrán cuatro días de fiesta”,14 de septiembre de 1910. El Tiempo,
p.3.
El
Imparcial: diario ilustrado de la mañana, 7 de febrero de1907, p.5.
El
Imparcial: diario ilustrado de la mañana, 10 de agosto de 1910, p.5
Sitios
de internet
Blog
Pachuca en el Tiempo,
consultado
el 31 de noviembre de 2022, en http://pachucaeneltiempo.blogspot.com/p/el-reloeg.html
Mediateca del INAH.
Fototeca del INAH.
http://lanic.utexas.edu/project/lucasalaman/doc11-espanol.html
Cronista de Hidalgo, consultado en http://cronistadehidalgo.com.mx/wp-content/uploads/2021/09/reloj-1909.jpg
29 de noviembre 2022.
[1] Un
estudio más detallado sobre su arquitectura se puede ver en
[2]
Esta fue construida en la Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey.
[3]
También existe vía de que el señor Carlos F. de Landero, haya contribuido a la
iluminación en conjunto con el Ayuntamiento de Pachuca, de las principales
calles de la ciudad y de los festejos del Centenario. Ya que en 1909 se
inauguró en “Cubitos” una planta eléctrica del Ing. Landero.
[4]
Algunas fotografías demuestran que don José Bustamante y su hijo, colaboraban
en conjunto, reconociendo su autoría de ambos en imágenes creadas en su estudio
fotográfico, como se puede ver en la siguiente leyenda identificada de una
imagen de la fototeca del INAH con número de inventario 60493: “fotografía
artística. 3. J. Bustamante Baldés é hijo. 4ª.
de Matamoros l. Pachuca”.
[5]
Durante los primeros meses de septiembre se regaló al presidente Porfirio Díaz
un álbum artístico, donde la cubierta y su relieve era de plata de las minas de
Pachuca. La idea fue del artista Fernando Blumekron, quien desde Puebla había
construido esta iniciativa, también estaba editando un libro que llamaría: El Oriente de México, con datos alusivos
al Porfirismo (El Tiempo, 7 de
septiembre de 1910, p.3).
[6]
En ese año los señores empresarios William Pegely y E.W. Dawe empezaron a
trabajar las minas de “Josefina, Amistad y La Concordia”. También en ese año se
realizó una serie de negociaciones y pagos entre Carlos Landero y Cos, Enrique
Quintanilla, Ramón Rosales y Charles Dawe.
[7] Dentro esos alimentos estaba el pulque, que bien se disfrutaba en las cantinas de los alrededores del icónico reloj, como era la “Cantina la Pachuqueña”, curiosamente en esos años existía en la calle de Guerrero con número de casa 60, un Consejo de Administración con la razón social denominada: “Compañía Expendedora de Pulques de Pachuca, S.A” que fungía como regulador de este gremio comercial en la ciudad a expender pulque en diversos lugares (El Imparcial: diario ilustrado de la mañana, 10 de agosto de 1910, p.5).
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