Los zapatista en Pachuca 1915

Los zapatista en Pachuca 1915


Hilario Herrera Tapia




A partir del triunfo de las facciones revolucionarias sobre el general Victoriano Huerta (1912-1914), vendría después la lucha de facciones entre Constitucionalistas, Villistas y zapatistas. Las diferencias que existían entre estos dos últimos grupos con Carranza, eran muy visibles ante los ojos de la sociedad. Francisco Villa sumó fuerzas con Emiliano Zapata para combatir a los carrancistas. Por su parte, Venustiano Carranza tuvo el olfato de darse cuenta de esta situación, por lo que, el general Álvaro Obregón y Pablo González fueron sus piezas claves para vencer a esta facción revolucionaria. Por otro lado, aquella Convención de Aguascalientes de agosto de 1914, donde se reunieron los grupos revolucionarios para discutir el devenir de la situación del país, quedó  influenciada por las ideas y propuestas de los villistas y zapatistas, por lo que Carranza prefirió esperar en los campos de batalla que la victoria moldeara su proyecto de nación. 

Las tropas del general Álvaro Obregón ocuparon la ciudad de México el 15 de agosto de 1914 por órdenes de Carranza, quien se adelantó a Villa y Zapata.[1] Por su parte, replegados los villistas en Chihuahua y los zapatistas en Morelos, Guerrero y una parte de Puebla, su llegada a la ciudad de México tuvo  que esperar hasta diciembre del mismo año, por las trabas que interpusieron los carrancistas. La Soberana Convención de Aguascalientes de octubre designó a un presidente interino –Eulalio Gutiérrez–, que tuvo como objetivo estar al frente del país, junto con otros presidentes (Roque Gonzáles de la Garza 1915 y Francisco Lagos Cházaro 1915) para convocar a elecciones y elegir un presidente ( Venustiano Carranza, 1917-1920). Las peticiones de los villistas en la Convención no fueron aceptadas por los carrancistas, quienes tuvieron que abandonar las negociaciones y discusiones; Carranza tuvo que salir de la ciudad de México y dirigirse a Veracruz, donde maniobrarían las acciones  en contra de los Villistas y Zapatistas. Esto facilitó  la llegada de los cuerpos revolucionarios a la capital. Por lo anterior, veremos a continuación, que en el centro del país hubo un gran despliegue de tropas villistas y zapatistas.[2] Aunque, después volverían a tomar el control los carrancistas. Los convencionistas -como se les empezó a nombrar-, se replegaron en el norte y en los alrededores de la capital, por lo que el control lo  tomaron los constitucionalistas.

Por otro lado, las tropas del general Álvaro Obregón, ocuparon  zonas estratégicas en cuanto a comunicación; Hidalgo representaba un lugar importante para los constitucionalistas, sobre todo por  las líneas de ferrocarriles que comunicaban con la ciudad de México, Puebla, Tlaxcala y Veracruz.  Obregón controló la ciudad a partir del 10 de febrero de 1915, al mando del general Fortunato Maycotte.[3] Por lo anterior, con la finalidad de que no fueran cortadas las comunicaciones por los zapatistas y evitar la llegada de armas y soldados a estos puntos estratégicos para los constitucionalistas. Esto se puede confirmar, cuando Carranza dio la orden de transportar “carros- tanque”, armas, dinero, parque y aceite combustible rumbo a Pachuca; un accidente a la altura de Téllez provocó que el carro y unos vagones se salieran de su curso y se impactaran con el tren del coronel Alfredo Murillo, dejando varios muertos y heridos. El general Carranza había encomendado a Murillo salir de Ometusco con dos mil quinientos hombres rumbo a Pachuca, para evitar que los zapatistas cortaran las comunicaciones de los ferrocarriles, de igual manera le indicó al general Andrés Machuca que evitara el asentamiento de los grupos revolucionarios del sur sobre esta zona.[4]  
  
A raíz  de lo anterior, el Ejército Suriano del Sur decidió atacar la ciudad de Pachuca, que se encontraba bajo las órdenes del general constitucionalista Andrés Machuca.[5] La mañana del  20 de abril de 1915 las fuerzas de José Flores Alatorre, llegaron de la línea de comunicación Tula-Pachuca, tomando camino por la conocida estación de Téllez, antes habían ocupado la Hacienda de San Javier y Tezontepec por otros generales zapatistas.[6] El general Joaquín Amaro, también obedeció la orden de resguardar con tropas constitucionalistas el control de los ferrocarriles que llegaban a la ciudad.[7] La entrada de los hombres de  Alatorre a Pachuca fue violenta, ya que se dejaron descargar varios disparos de metralletas hacia los soldados carrancistas que se encontraban defendiendo la ciudad, causando varias bajas al Ejército Constitucionalista. Las ráfagas de los proyectiles viajaban con gran intensidad por las casas, comercios y muros que daban bosquejo a las calles de la ciudad. 

Por su lado, el general Machuca no contaba con suficientes soldados para repeler el ataque de los zapatistas, quienes se encontraban en la plaza, pero también en los aledaños de los cerros. Con una estrategia importante, el general Alatorre cortó las comunicaciones de Pachuca-Ometusco y Tula-Pachuca, con la finalidad de entorpecer  la llegada de las municiones, armas y personal militar. La ayuda carrancista no se hizo esperar, el general Agustín Millar mandó reparar las líneas destruidas de Ometusco-Pachuca para rehabilitar la comunicación y poder auxiliar al general Machuca.[8] La alarma no se hizo esperar, los habitantes y comerciantes cerraron sus casas y comercios por la profunda metralla que caía en todas direcciones; en las principales calles se observaban los proyectiles dispersados a causa del fuego que no cesaba entre los zapatistas y carrancistas. Por lo consiguiente, algunos soldados carrancistas cayeron muertos a causa de la intensa refriega.[9] Respecto al Ejército del Sur, se desconoce cuántas bajas produjo el combate entre las dos facciones revolucionarias, que probablemente también registró bajas relevantes.         
     
 El combate tuvo una duración de cuatro horas aproximadamente, tiempo suficiente que fue aprovechado por los zapatistas, quienes a pesar de haber tenido un "exitoso ataque", no replegaron las fuerzas constitucionalistas de Pachuca, debido al refuerzo de sus compañeros. El ataque proporcionado por el Ejército del Sur no se prolongó del medio día, por lo que las fuerzas salieron de la ciudad de manera injustificada, ya que desconocemos los motivos que los obligaron a dejar la plaza. Las vías de comunicación que fueron cortadas, provocó que los habitantes fueran los más afectados, debido a que se quedó incomunicada la ciudad.[10]    
                            
El atrincheramiento del Ejército Carrancista en el centro de la ciudad, obligó algunos oficiales a imponer medidas de seguridad, que afectaron a los ciudadanos. Lo primero, fue evitar la salida de los habitantes de la capital hidalguense, salvo el caso de los oficiales carrancistas quienes se les otorgaban un salvo-conducto. Esta situación de privación y de aislamiento, provocó serios problemas: la falta de insumos, que empezó a carecer la ciudad, por ende produjo hambrunas por los sectores populares, quienes se vieron obligados a vulnerar la seguridad por los carrancistas. Por lo anterior, otras de las causas fue: que las familias a abandonaran la ciudad de manera clandestina,  por los hechos ocurridos el día que se desarrolló el combate entre zapatistas y carrancistas, se temía que se volviera a repetir un ataque por parte de éstos, afectando la integridad de la pobladores.[11] 

El combate disputado en la plaza de Pachuca, no afectó a los alrededores de la ciudad, es el caso de Real del Monte, donde no se observó ninguna acción de combate, a pesar de ser un lugar ocupado por los constitucionalistas; tampoco hay registro que la población de estos lugares haya entrado en pánico por las acciones disputadas en la capital de Hidalgo.  Por su parte, el general Machuca, viendo la situación del combate disputado, previó la intención de los zapatistas de atacar de nueva cuenta la capital, por lo que, mandó a organizar su tropa y engrosó la línea militar de seguridad. Otra orden relevante, fue prohibir la salida de los habitantes de la ciudad, y a quienes desobedecieran se les castigaría con pena de muerte.[12]    
                                                         
El cuartel general de los zapatistas se encontraba en Tezontepec hacia el sur de Pachuca, por lo que ahí se agrupaban con los convencionistas (villistas y zapatistas). La capital hidalguense volvió a ser tentada por los hombres de la brigada “Alatorre”, quienes disputaron  dos combates en Pitahayas y Venta Prieta. Un combate posterior, en la Hacienda de Pitahayas dejó varios soldados muertos y heridos: entre ellos, estaba un sargento carrancista. Cabe mencionar que el general Flores Alatorre, no contaba con los refuerzos suficientes para contender otra batalla similar, por lo que recurrió a utilizar unas bombas que contenían sustancias químicas: el ácido pícrico era una de ellas, -que se utiliza para aumentar la capacidad de explosión-. Asimismo, las comunicaciones de la ciudad fueron cortadas de nueva cuenta por los convencionistas, evitando toda misiva.[13]   La línea militar del general Machuca era de cuatrocientos hombres, quienes se encontraban para la defensa de  la plaza. Por su parte, él solicitó apoyo de más elementos para conservar su hegemonía sobre la capital. La ayuda llegó desde Ometusco para recuperar Tezontepec, donde se disputó otro combate entre convencionistas y carrancistas.  Al caer la tarde, los carrancistas no habían logrado el objetivo, los convencionistas seguían en supremacía de Tezontepec. Posteriormente, se volvió a desarrollar otro ataque, pero fue de nueva cuenta rechazado. Por lo que,  el Ejército Constitucionalista quedó al frente de estos lugares.    
 
      En suma, los constitucionalistas tenían el objetivo de posesionarse de las estaciones del ferrocarril de Ometusco con dirección a Pachuca  y  Tula. Abrir la comunicación en estos lugares era una necesidad urgente, ya que eran las vías más importantes para llegar con  suministros de comestibles, armas  y soldados. Por su parte, los zapatistas no resignándose se distribuyeron en los alrededores de la capital hidalguense, situación que alarmó de nueva cuenta a carrancistas, quienes colocaron líneas militares en los cerros de Santa Apolonia, Cubitos, San Cristóbal y El Cerezo.[14] Posteriormente, el 28 de abril de ese mismo año, el general zapatista Julián Gallegos atacó la estación de La Concepción -muy cerca de Pachuca-, donde se trabó otro combate con los carrancistas, tuvo una duración de aproximadamente cuatro horas.[15] Algunos zapatistas atacaron Tula, Tezontepec, Apan, Tepa y Zempoala, este último lugar,  fue interceptado un tren que transportaba mujeres de los obreros de la Casa del Obrero Mundial (COM), que se dirigían a Pachuca. Esta serie de hechos, fueron muy comunes, al menos en los días siguientes, donde se intentó desplazar a los Constitucionalistas de Pachuca, no teniendo ningún acierto.




Imagen 2. INAH-SINAFO, Núm. Inv: 196406, ciudad de Pachuca, panorámica.
Imagen 1. INAH- SINAFO, Núm. Inv: 5950, restos del tren de pasajeros en Ozumba volado por zapatistas.








Imagen 4. INAH-SINAFO, Núm. Inv: 32278, restos de un tren volado por los Zapatistas.
Imagen 5. INAH-SINAFO, Núm. Inv: 503244, zapatistas observando cadáveres de sus compañeros.
Imagen 3. INAH-SINAFO, Núm. Inv: 31844, zapatistas con rifles junto a un tren revolucionario.





Imagen 6. Núm. Inv: 63449, Felipe Ángeles reunido con zapatistas, retrato de grupo.






Bibliografía

Adolfo Gilly, La Revolución Interrumpida, México, Era, 2da reimp. 1998.
Alan Knight, “Caudillos y campesinos en el México revolucionario, 1910-1913”, en David A. Brading (Comp.), Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana,  México, Fondo de Cultura Económica, 5ta reimp., 2005.    
David A. Brading (Comp.), Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana,  México, Fondo de Cultura Económica, 5ta reimp., 2005.
Francisco Pineda Robles, Ejército Libertador: 1915, Era, México, 2013.
Francisco Javier Gorostiza, Los ferrocarriles en la Revolución mexicana, México, Siglo XXI, 2010.

Hemerografía:

The Mexican Herald, 21 al 30 de abril de 1915. Hemeroteca Nacional de México de la Universidad Nacional Autónoma de México (HNMUNAM).

Fototeca:

Fototeca Nacional de México, CONACULTA.INAH.SINAFO.MÉXICO. 










[1] Adolfo Gilly, La Revolución Interrumpida, México, Era, 2da reimp. 1998, 154.
[2] Para Alan Knight, el villismo que avanzó hacia el centro de la capital, fue un villismo diferente al de los lugares de: Michoacán y Morelos. Los hombres de Villa buscaron ayuda de los campesinos de la parte centro del país, con el objetivo de obtener  triunfos sobre los carrancistas. Véase  Alan Knight, “ Caudillos y campesinos en el México revolucionario, 1910-1913”, en David A. Brading (Comp.), Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana,  México, Fondo de Cultura Económica, 5ta reimp., 2005, p.53.     
[3] Francisco Javier Gorostiza, Los ferrocarriles en la Revolución mexicana, México, Siglo XXI, 2010, p.341.
[4] Ibídem., p. 351.
[5] El general Andrés Machuca fue designado por el general Álvaro Obregón para encargarse del gobierno del Estado de Hidalgo.
[6] Francisco Pineda Robles, Ejército Libertador: 1915, Era, México, 2013, p. 222.
[7] Ibídem., p. 364.
[8] Op. Cit.,, p. 224.
[9] "La capital hidalguense sufrió ayer un ataque", The Mexican Herald, 21 de abril de 1915, p.1.
[10] ídem.,
[11] Ídem., 
[12] Ídem., 
[13] “Estan asediando la capital de Estado de Hidalgo”, The Mexican Herald, 30 de abril de 1915, p.1.
[14] Pineda Gómez, Op. Cit., p. 224.
[15] Ídem.,  

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